Por: Claudia Ávila (México)
Siempre he tenido una percepción extraña acerca de las enfermedades mortales y los accidentes fatales, tengo el presentimiento de que estoy a salvo de ellos. Me parece que mi cuerpo no aceptaría la invasión de algún virus errante, y que mi destino jamás me colocaría en el escenario de un accidente grave. Pienso que de contraer alguna enfermedad mi cuerpo se regeneraría mágicamente, y que manos invisibles me protegerían si llego a participar en algún accidente mortal.
No por eso soy de los que viven desafiando al destino practicando deportes extremos o brincando de cama en cama sin protección...me parece que hay maneras más seguras de suicidarse. Sin embargo, desde niño me vi involucrado -sin querer-, en situaciones de alto riesgo de las que siempre salí bien librado; quizás en eso se fundamentan mis sospechas.
Recuerdo la ocasión en que una epidemia de varicela atacó a todos los niños de mi clase, excepto -inexplicablemente- a mí; o la volcadura de autobús de la cual salí sin un rasguño; o la vez que me caí de un andamio colocado en un segundo piso, y sólo me fracturé un brazo. Y a la lista puedo añadir las ocasiones en que debería haber resultado intoxicado, golpeado o con quemaduras graves después de algún incidente.
Cuando pienso en todo eso, más me convenzo de que alguna clase de vacuna contra todo mal me fue administrada al nacer; o, llevando mi situación al plano de lo sobrenatural, quizás la razón de mi inmunidad sea que tengo un ángel guardián que trabaja horas extra para protegerme. Seguramente viviré muchos años, y moriré de viejo cuando el corazón se canse de bombear vida al resto de mi cuerpo, o cuando los pulmones sean incapaces ya de guardar oxígeno.
Reflexiono ahora en mi relativa inmortalidad, y me pregunto entonces, porqué llevo más de tres horas sentado en la barra de un bar, sin haber encontrado en un tequila doble el valor suficiente para abrir un sobre. Ese que contiene el resultado de los estudios clínicos que me hicieron para determinar si la mancha oscura que tengo localizada detrás del ojo derecho, es un tumor o no.
Inmortal
16:10
|
Etiquetas:
Claudia Ávila
|
This entry was posted on 16:10
and is filed under
Claudia Ávila
.
You can follow any responses to this entry through
the RSS 2.0 feed.
You can leave a response,
or trackback from your own site.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario